A menudo nos preguntamos ¿Cómo te hace sentir eso?, y la respuesta es. yo senti esto o aquello y alli surge otra pregunta es Fe o sentir, entiendes y tienes claro esta diferencia, solemos confundir la Fe con los Sentimientos, y es alli donde nos podemos equivocar.
Vivimos en una cultura que gira en torno a los sentimientos y las emociones. La pregunta más popular en las entrevistas de hoy es: "¿cómo te hace sentir tal cosa?" Es como si nuestros sentimientos se hubieran vuelto más importantes que la verdad revelada de la Palabra de Dios.
Muchos ministerios están dirigidos a agitar las emociones o sentimientos. De manera similar, muchas publicidades hacen lo mismo. El objetivo es hacerte ´sentir’ exitoso, alentado, aceptado e inteligente. ¿Estoy hablando del ministerio o de publicidad? Algunos enseñan debemos dejar que nuestros sentimientos nos guíen. Se supone que los sentimientos no pueden estar equivocados.
Los sentimientos son ciertamente reales, en el sentido de que existen, pero ¿se puede confiar en ellos siempre?
¿Debemos solamente hacer el bien cuando nos sentimos guiados?
¿Hasta qué punto deberían nuestros sentimientos gobernar nuestras vidas?
¿Nos hemos vuelto tan egocéntricos que cuando vemos alguna exhortación al sacrificio o hacer la milla extra lo vemos como legalismo? ¿Qué pasa con disponer nuestras vidas para los demás?
¿Es eso un sentimiento o un acto de fe, a pesar de los sentimientos?
Kenneth Hagin escribió: "Si nuestra fe se basa en sentimientos, entonces sólo estamos usando una fe humana natural. No podemos obtener resultados espirituales con fe humana natural. Tenemos que usar la fe bíblica, la fe de la Biblia, creer en la Palabra de Dios. Si nuestra fe está basada en la Palabra de Dios, entonces creeremos en la Palabra independientemente de evidencias que satisfagan nuestros sentidos físicos."
Considere Abraham.
"Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años), o la esterilidad de la matriz de Sara. Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios”. (Romanos 4:10,20)
La fe triunfó sobre sus sentimientos. La promesa de Dios era más cierta que las circunstancias y las emociones. A pesar de que pasaron varios años, Abraham no tambaleó. Sin duda, muchos sentimientos iban y venían, pero Abraham era fuerte en la fe.
El ser fuerte en la fe a menudo contradice nuestros sentimientos. Tenemos que aprender a pararnos en la Palabra. Deja que tus sentimientos sigan tu fe, no que la dirijan.
No debemos dejarnos llevar y gobernar por los sentimientos, los hijos de Dios vivimos por la Fe.
Somos bendecidos
Feliz dia