Es por su Gracia y por su amor

Lucas 5:15 Y grandes multitudes se reunieron para oír, y para ser sanadas por Él de sus enfermedades. La clave para la sanidad se encuentra en "escuchar" la Palabra. En muchas reuniones de la iglesia hoy en día, los enfermos a menudo pasan más tiempo hablando que escuchando. Se dedica mucho tiempo a explicarle al ministro cada detalle de todo lo que está mal para que él o ella esté completamente informado de lo malo que es. Pero en el ministerio de Jesús, la gente no vino a hablar, vinieron a escucharlo. Hablar de tu enfermedad no te sanará. Asegurarse de que todos sepan lo malo que es no te sanará. Escuchar con el corazón te sanará. Lo que escuchamos y lo que sabemos con nuestras mentes puede no ser la "audición" que se necesita. Es posible que escuches una promesa de sanación desde el púlpito, pero ¿encontró un corazón abierto y creyente? Muchos están más en sintonía con las palabras del médico que con la Palabra de Dios. Hay un gran poder en lo que escuchamos. Es el poder de activar la fe en Dios, o el poder de activar la fe en la enfermedad y la muerte. Lo que escuchas puede sanarte o matarte. Si solo estás "escuchando" al médico, tendrás dificultades para "escuchar" a Dios. Jesús habló de este tema en Su ministerio. Todos los que vinieron a Él fueron sanados, pero muchos no lo buscaron y no fueron sanados. No valoraban Sus palabras. Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, y con los oídos oyen pesadamente, y han cerrado sus ojos; para que no vean con los ojos, y oigan con los oídos, y con el corazón entiendan, y se conviertan, y yo los sane. (Mt. 13:15) Jesús dijo: "Mis palabras son Espíritu y son vida". (Juan 6:63) Las palabras de las noticias, los políticos, los médicos, los vecinos y otros, no son Espíritu y vida. Sólo las palabras de Jesús son Espíritu y vida. Pero, ¿a qué palabras le estamos dando tiempo? ¿Qué palabras hemos elegido creer? Apaga el televisor y otras distracciones. Escuche las enseñanzas de sanación, los versículos de sanación y lea libros sobre sanación. Sumérgete en la Palabra. Tu corazón comenzará a adaptarse a la nueva frecuencia, y comenzarás a escucharlo. La fe para la sanidad viene de "escuchar" las palabras de Dios. (Rom. 10:17)

El camino del aumento Podemos encontrar el corazón de Dios para traer aumento a nuestras vidas a través de las Escrituras. Todo lo relacionado con la creación está diseñado para el aumento. El hombre fue creado para ser fructífero y multiplicarse. Los árboles y las plantas del Edén estaban destinados a aumentar. El concepto de una semilla tiene que ver con un aumento inconmensurable. Jesús murió y resucitó para ver el aumento de Su reino. Dios siempre está interesado en aumentar. Tener a Dios viviendo en nosotros debería estimular más amor, perdón, bondad y generosidad. A medida que vivimos para dar, el aumento nos superará. Las bendiciones, el favor y las oportunidades marcarán nuestras vidas. "Y todas estas bendiciones vendrán sobre vosotros y os alcanzarán, porque obedecéis la voz del Lord a vuestro Dios": (Deut. 28:2) Aquí hay cinco actitudes y acciones básicas que traerán un aumento a su vida. 1. La alabanza y la acción de gracias crean un ambiente para el aumento. Te alaben los pueblos, oh Dios; Todos los pueblos te alaben. La tierra dará su fruto; Nos bendecirá Dios, el Dios nuestro. (Salmos 67:5-6) 2. El temor del Señor (odiando el mal – Prov. 8:13) trae aumento. Bendecirá a los que temen a Jehová, a pequeños y a grandes. Aumentará Jehová bendición sobre vosotros; sobre vosotros y sobre vuestros hijos. (Salmos 115:13-14) 3. Honrar a Dios desde tu aumento trae abundancia. Honra a Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tus frutos; y serán llenos tus graneros con abundancia, y tus lagares rebosarán de mosto. (Prov. 3:9-10) 4. El trabajo trae aumento. Las riquezas de vanidad disminuirán; Pero el que recoge con mano laboriosa las aumenta. (Prov. 13:11) 5. Dar trae aumento. Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir. (Lucas 6:38) Independientemente de la economía o la política, el espíritu de aumento es de Dios, inherente a la Palabra, y disponible para quien quiera. Debe comenzar en tu corazón.

¿Quién quiere más? Todos queremos cosas. Muchas cosas, en todas las areas, no importa en el nivel que te encuentres siempre queremos más. Queremos mejorar el matrimonio, más recursos para hacer más por nuestros hijos, mejores trabajos, una mejor salud, más paz y gozo, y la lista podría seguir y seguir. El deseo de tener más no está mal. Dios puso Su naturaleza en nosotros y Su naturaleza produce aumento. El deseo de tener más separados de Dios es destructivo, pero la comprensión de cómo Dios libera el aumento en nuestras vidas es una "llave del Reino". Cuando comprendemos cómo llega el aumento, no hay nada que pueda impedir que experimentemos crecimiento. El aumento comienza con una visión. Cuanta más visión tengas, más posibilidades de crecimiento. Tú puedes tener una visión para un mejor matrimonio, o mejor salud, o relaciones más fuertes con tus hijos, o una mejor situación financiera para tu familia. Una vez que la visión nace dentro, es hora de hacer un inventario de los recursos que están disponibles. Es aquí donde muchos se desaniman y caen. Tienden a mirar lo que no tienen y no reconocen las posibilidades infinitas de lo que sí tienen. Si eres un nacido de nuevo, nueva criatura, un creyente lleno de espíritu ¡estás equipado para el aumento! Tus cosechas futuras están encerradas en las semillas dentro de ti en este momento. ¿Qué semillas? Amor, alegría, paz, visión, inspiración, diligencia, integridad, paciencia y fe están todos dentro. La visión correcta reconocerá estos recursos y comenzará a ponerlos a trabajar. Todo el mundo tiene el poder de las palabras. Si no tuvieras nada en absoluto, podrías ‘hablar’ tu camino con bendiciones y aumentar. “Del fruto de la boca del hombre se llenará su vientre; se saciará del producto de sus labios. La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos.” (Proverbios 18: 20-21) Comienza a dar gracias por lo que tienes y empieza a hablar palabras de vida y bendición para otros. Habla palabras de sanidad, gozo, paz y fe. Resiste la tentación de criticar, quejarte y preocuparte. Esto se trata de los negocios de Dios, así que mantén tu mente fija en el que quiere verte prosperar. Da de lo que tienes. Tú estás lleno de Su amor, así que da. Tienes la capacidad de bendecir a otros, así que hazlo. Sé un empleado diligente y alegre. Ten paciencia con los que te rodean. Ya sea que lo sepas o no, tú estás sembrando las semillas de tu futuro. Siembra lo que tienes y las cosechas comenzarán a venir.