Tal vez , te preguntes cual poder, como funciona, donde lo encuentro.? Porque ciertamente el evangelio fue predicado tanto a nosotros como a ellos; pero la palabra que oyeron no les benefició, no se mezcló con la fe en los que la escucharon. (Heb. 4:2) Entonces es interesante tambien preguntarnos, porque ellos no recibieron todas las bondades de Dios, porque no les beneficio? Hay "audición", si claro que sí, todos oyen, todos tuvieron ese privilegio, esa oportunidad; Cuando Israel fue sacado de Egipto, "escucharon" la palabra del Señor a través de Moisés, pero a menudo se quejaron y rechazaron lo que Dios estaba diciendo. Su incredulidad les hizo pasar 40 años en el desierto. El hecho de que "escuchemos" mensajes acerca de la bondad de Dios no significa que estemos escuchando con fe. Entonces , el tema es escuchar o recibir con fe lo que Dios nos quiere decir y entregar. Así que la fe viene por el oír, y el oír por la palabra de Dios. (Romanos 10:17) Algunos solo oyen con sus oídos, pero otros oyen con sus corazones. La fe es del corazón, no de los oídos, y no de la cabeza. Sin embargo, el informe se refería a Él aún más; y grandes multitudes se reunieron para escuchar y ser sanadas por Él de sus enfermedades. Así que Él mismo a menudo se retiraba al desierto y oraba. Sucedió cierto día, mientras enseñaba, que había fariseos y maestros de la ley sentados, que habían salido de todas las ciudades de Galilea, Judea y Jerusalén. Y el poder del Señor estaba presente para sanarlos. (Lucas 5:15-17). El secreto no es sólo escuchar, es escuchar a quien habla y poder saber que que en El, hay poder, que si le das lugar al que habla, entonces recibirás el poder Sanador. El poder de Dios para sanar a los fariseos y maestros de la Ley estuvo presente en esa reunión. ¿Dónde estaba? En la enseñanza. En Sus palabras. Estaban escuchando, pero no estaban "escuchando". Las multitudes vinieron a "oír y ser sanadas". Los fariseos vinieron a criticar y juzgar. La forma en que escuches el Evangelio, con tu corazón o con tu cabeza, determinará si el poder que está presente te sanará o no. Por esta razón también damos gracias a Dios sin cesar, porque cuando recibiste la palabra de Dios que escuchaste de nosotros, la acogiste no como la palabra de los hombres, sino como es en verdad, la palabra de Dios, que también obra eficazmente en ti que crees. (1 Tesalonicenses 2:13) ¿Cuántas veces hemos perdido el poder sanador de Dios porque no estábamos escuchando con nuestros corazones? Cuando escuchamos con nuestra razón, con nuestro ego, con nuestro intelecto y con poca humildad, jamás podremos recibir ese poder Sanador. A Jesús muchos no le recibieron, y no le creyeron , lo juzgaron y criticaron, y por eso no pudieron recibir la sanidad, perdón y paz, hoy en día no reciben porque creen que ya lo saben todo, que no necesitan , que es para para otros,. El orgullo, el ego, la falta de humildad hace pensar que Dios no lo puede hacer a través de hombres y mujeres que han creído y están dispuestos, les hace pensar que si Dios lo quiere hacer lo haga por cuenta propia, y sino piensan que no es la voluntad de Dios, y esto hace que su incredulidad los aleje de la manifestación del poder de Dios. Lo cierto es, que cuando estuvo en la tierra El mismo lo hizo, y cuando resucitó y ascendió a los cielos dejo el poder para la iglesia y somos nosotros. Feliz día 🥰
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