Y saliendo Jesús, vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, y sanó a los enfermos. (Mt. 14:14)
Entender que la enfermedad no es tu mejor amiga, no es tu aliada, no es tu válvula de escape te ayudara a conquistar tu Sanidad.
En ocasiones cuando estamos tristes usamos la enfermedad para refugiarnos, cuando queremos huir de alguna situación que nos causa dolor escapamos a través de la enfermedad, así para no dar explicaciones o no enfrentar la realidad.
Pero todo esto empeora tu salud y lo que hace es que tu vida se vaya deteriorando.
Dios no aflige a Sus hijos con enfermedades. Si un padre natural hiciera tal cosa, sería arrestado por abuso infantil y encarcelado. Por alguna razón hay quienes piensan que Dios enferma a sus hijos, o permite que se enfermen y eso debería llamarse una bendición.
No. La voluntad de Dios y el corazón de Dios se pueden ver en Jesús, quien sanó a todos los que acudían a Él.
No hay ningún relato de que Jesús haya enfermado a alguien en el Nuevo Testamento 'para Su gloria'. No hay relato de que Jesús haya dejado alguna vez a alguien enfermo 'para enseñarle algo'. No hay ningún relato de que Jesús se haya negado alguna vez a sanar a alguien que acudió a Él. Jesús vino a destruir las obras del enemigo (1 Jn. 3:8) y anduvo sanando a todos los oprimidos por el diablo porque Dios estaba con Él (Hechos 10:38).
Dios nos perfecciona a través de Su Palabra (2 Ti. 3:16-17). Él no necesita la enfermedad para perfeccionar a Sus hijos. Él puso toda enfermedad sobre Jesús. Sería injusto que Él te lo pusiera. Él no usa la enfermedad para perfeccionarnos más de lo que usaría el pecado. Él fue a la cruz para librarnos tanto del pecado como de la enfermedad.
Así que no te dejes engañar, la enfermedad no es tu mejor amiga, enfréntala, resístela y recibe la sanidad que Jesus proveyó para ti.
Aqui, te dejo unos versículos que se que serán de gran bendición, para tu vida:
Santiago 5:14
¿Está enfermo alguno de ustedes? Haga llamar a los ancianos de la iglesia para que oren por él y lo unjan con aceite en el nombre del Señor.
Isaías 53:5
Él fue traspasado por nuestras rebeliones, y molido por nuestras iniquidades; sobre él recayó el castigo, precio de nuestra paz, y gracias a sus heridas fuimos sanados.
Oseas 6:1
Venid, volvamos al Señor. Pues Él nos ha desgarrado, y nos sanará; nos ha herido, y nos vendará.(Oseas 6:1)
Salmos 41:3
El SEÑOR lo confortará cuando esté enfermo, lo alentará en el lecho del dolor.
Salmos 107:19-20
En su angustia clamaron al Señor, y él los salvó de su aflicción. Envió su palabra para sanarlos, y así los rescató del sepulcro.
Salmos 147:3
Restaura a los de corazón quebrantado y cubre con vendas sus heridas.
Salmos 30:2
Oh Señor, Dios mío, a ti pedí auxilio y me sanaste.
Salmos 103:1-3
Bendice, alma mía, al Señor, y bendiga todo mi ser su santo nombre. Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es el que perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus enfermedades.
Santiago 5:15
La oración de fe sanará al enfermo y el Señor lo levantará. Y, si ha pecado, su pecado se le perdonará.
Somos Bendecidos.
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