En ocasiones creemos que Dios quiere que seamos pobres en todas las áreas de.nuestra vida, pero que ocurre... Cuando plantas una semilla, esperas una cosecha. Cuando trabajas, esperas una compensación. Cuando inviertes, esperas crecimiento económico. Cuando te casas, esperas hijos. Cuando busca ayuda médica, espera una mejoría. Cuando haces un buen trabajo, esperas reconocimiento o un aumento en sueldo. Cuando vendes tu casa, esperas una ganancia. Cuando honras a Dios con tu aumento, ¿qué debes esperar? (Proverbios 3:9-10) Todos en general, esperamos un aumento en lo que hacemos, o una retribución o sencillamente ser bendecidos. ¿Por qué tantos se ofenden ante la idea de que el aumento venga de Dios? Esperan y esperan aumentar en todas las demás áreas de la vida, pero se estremecen si un predicador habla de las bendiciones de Dios. ¿No tiene Dios el derecho de bendecir a Sus hijos? Si algunos están siendo bendecidos, ¿por qué molesta a otros? Los principios espirituales y las promesas de aumento están en toda la Biblia, pero muchos no quieren oír hablar de ello. Han sido engañados al pensar que la abundancia es impía. Y, sin embargo, la abundancia que Dios puso en la tierra y los principios de aumento son para Sus hijos. ¡La abundancia nunca fue para el pecador! La prosperidad de Dios debe ser celebrada, no rechazada y criticada. Bajo el peor pacto de la Ley, Israel debía ser la cabeza y no la cola, una nación de prosperidad. ¿Por qué, bajo el mejor pacto con mejores promesas, tantos se ofenden con el aumento? La religión ha puesto patas arriba las promesas de Dios, ha hecho de la pobreza una virtud, y ha hecho de la idea de la riqueza económica algo malo. Muchos tienen miedo de la abundancia porque no confían en sus propios corazones. En lugar de ser una herramienta para bendecir a las naciones (Génesis 12:2-3), algunos ven el dinero como un mal que debe evitarse. Sí, hay pobreza en todo el mundo. ¿Es la voluntad de Dios? No. De ninguna manera. ¿Cómo podemos ayudar a los demás si tenemos miedo de ser bendecidos? Si tienes miedo de tu propio corazón, entonces necesitas ser liberado. Dios ama a un dador alegre, pero no puedes dar lo que no tienes. No despreciemos la abundancia. Despreciemos la pobreza en todos los niveles, espíritu, alma y cuerpo. La pobreza es parte de la maldición, no de la bendición. Dios quiere bendecirte, El quiere aumentarte en todo quiere que seas próspero El es el dador alegre. Feliz día🥰
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