“Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él; arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe…” (Colosenses 2:6-7)
Aceptar a Cristo como tu Señor y salvador es la clave de todo. Nos reconciliamos con Dios, recibimos el don de la justicia, nacemos de nuevo y nos volvemos una nueva creación. Damos un paso a la vida eterna con Él. desde este mismo instante ya tenemos la eternidad y adquirimos esa gracia abundante que habla la palabra de Dios
“Por lo cual también nosotros sin cesar damos gracias a Dios, de que cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes.” (1Tesalonicenses 2:13).
Ahora , Recibirlo a Él, es recibir la Palabra de Dios por el cual hemos nacido de nuevo, y esa Palabra va a obrar en nuestras vidas. esa palabra transforma, cambia, hace todo nuevo y da esperanza en todo lo que vivimos.
Así como lo hemos aceptado a El hemos recibido su palabra, hemos de caminar en Él. Así es, como llegamos a estar arraigados y edificados en Él, confirmados en la fe. Empezamos a hechas raíces, y permanecemos en El. este es nuestro único lugar seguro.
Pablo ora por los santos en este sentido:
“…para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, ARRAIGADOS y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.” (Efesios 3:17-19)
Estamos arraigados en amor, tanto como Cristo habita en nuestros corazones por la fe. es la perfección de su amor en nosotros que al estar en El, su amor se perfecciona en nosotros y logramos comprender toda su dimensión, nos excede de todo y nos lleva a vivir en su plenitud.
Si la verdad es estar arraigados, enraízados, entendemos que hay algunos que no lo están y,
Jesús habló de los que no están enraizados en Él:
“Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo; pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza…” (Mateo 13:20-21)
Algunos reciben la Palabra con alegría, pero no se arraigan, no están cimentados en Él ni son confirmados en la fe. Estos son los que caen en el camino.
¿Cómo podemos estar arraigados en Cristo, sin ser movidos por la corrupción que hay en el mundo?
Pablo dijo, "Así como habéis recibido al Señor, andad en él." En otras palabras, de la manera que recibiste la Palabra que obra en ti, sigue con diligencia en esa Palabra. Esa es la única manera de llegar a estar arraigados y cimentados en Él.
“…Sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará. No así los malos, que son como el tamo que arrebata el viento.” (Salmos 1:2-4)
Dice su palabra El que permanece en mí, pero también dice si mis palabras permanecen en vosotros, así El y sus palabras en nosotros es lo que nos da la seguridad de permanecer como árbol plantado.
Quiero que te preguntes, ¿Estás arraigado en Él?
Es tu decisión, la posición en la que deseas estar.
Feliz dia