Lee 1 Timoteo 2:3-4
ORACION MODELO:
Señor y Padre de la Gloria:
Venimos delante de tu trono de gracia el futuro de mis hijos, y
te suplico con todo mi corazón que no sigan creciendo y andando por esta vida sin conocerte y sin tener una profunda relación contigo y una comprensión real de quien eres tú.
Ato a mis hijos a todo lo inconmovible que es tuyo: los ato a tu VERDAD, A TU VOLUNTAD PARA ELLOS, ATO SUS MENTES A LA TUYA, LOS ATO A LA SANGRE DE CRISTO Y A TU PROPÓSITO PARA SUS VIDAS.
Por favor, transforma sus corazones en corazones de carne, que sean blandos, sensibles a ti, a tu Espíritu.
Que tengan la capacidad de obedecerte y tener temor de ti todos los días de sus vidas.
Lejos estén mis hijos de TODA REBELDÍA E INDIFERENCIA A TI DIOS y a tu Palabra.
YO ORO PARA QUE MIS HIJOS DESARROLLEN UNA FE GENUINA, una fe que te agrade, una fe que les haga ver grandes cosas de ti.
Una fe que los lleve a seguirte por convicción. Que nunca les falte la FÉ a mis hijos. Que ellos te reconozcan como Señor, su salvador y su único Dios y que en ti tengan contentamiento y verdadero gozo.
Que en sus corazones y sus bocas haya reconocimiento de quien eres tú en realidad.
Que la decisión de SEGUIRTE A TI TODA LA VIDA, sea una determinación inamovible en sus corazones.
Que siempre tengan HAMBRE Y SED de ti, de tu palabra, de tu amor.
Que sus emociones estén libres de condenación, culpa, remordimientos, prisiones espirituales, rechazos, amargura, falta de perdón, incredulidad y traumas. Te suplico en el nombre de Jesús.
Ayúdales a ser personas equilibradas, maduras, responsables, llenas de cordura y de verdad.
A aprender a tomar decisiones de tu mano y a asumir las consecuencias de sus actos, a corregir el rumbo, aprender de sus errores, a confiar en ti y conocer tu gracia, tu amor y tu misericordia.
Suplico porque sus vidas reflejen todos los frutos del Espíritu Santo.
Tu promesa dice que DERRAMARÁS DE TU ESPÍRITU SOBRE MI DESCENDENCIA (Isaías 44:3); también dice que EN LOS POSTREROS DIAS DERRAMARÁS DE TU ESPÍRITU SOBRE TODA CARNE (Joel 2:28).
Suplico en este momento el cumplimiento de estas promesas. Te invoco ahora Espíritu Santo, sobre la vida de mis hijos, te invoco para que trabajes en ellos y los convenzas de justicia, pecado y juicio.
Suplico que mis hijos NUNCA MAS ANDEN SIN TÍ, ESPIRITU SANTO, y lloro por esto. Encomiendo ahora, a ti todo esto, confío en ti y creo que tú lo harás.
Gracias porque eres propicio a mi oración en el nombre de Jesús.
Meditar: Juan 14: 16-17